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sábado, 6 de junio de 2020

Historias de la Nueva Era: Las aguas turbias 

Las aguas del Llobregat bajan bien turbias. Al menos en su desembocadura, el marrón del barro y el azul del mar, como agua y aceite, parecen imposibles de fusionar.

Las aguas de las cloacas del estado también bajan turbias y revueltas, y estas si, sin duda, son imposibles de mezclar…  con la democracia.

Tantos años jugando con lo que les gustaría ser y su realidad, arrimándose sin disimulo a esa, que alguno llama “derechita cobarde”; la que marca su paso y dirección. El PSOE ha caído una vez más en la propia trampa.

Llevan años mirando para otro lado de lo que realmente pasaba en Catalunya, porque ya les iba bien para su caladero de votos en esa España que se declara de izquierdas, porque les parece, como imagen, más políticamente correcto, aunque en realidad son, tan solo ligeramente, menos casposos que los llamados del trifachito, y ni tan siquiera esconden su indisimulada catalanofobia.

Ahora, ellos se han convertido en la pieza de caza de esos llamados “cuerpos de seguridad”, los que tenían de confidente al Imán de Ripoll, los de la policía patriótica, los que lloraban sin dar la cara en el juicio del procés, los que se inventaban pruebas contra los políticos catalanes, los que se abrazan a los pijo-fachas que se manifiestan en el barrio de Salamanca… y ojo que, de aquí a cuatro días, los oiremos (porque tampoco tendrán la valentía de dar la cara), sentados en el banquillo de los testigos de la acusación, declarando que Marlaska e Iglesias los miraban con ojos de odio, una mirada de odio que ni tan siquiera sufrieron en los tiempos de servicio en el País Vasco y el terrorismo de ETA…

 Se abre el telón y se ve al Pedro Sánchez electo por primera vez, posando ante una gran bandera borbónica (la del enemigo que se rebeló contra el Gobierno legal de la Republica, y asesinó a miles de socialistas, cuyos huesos aún están dispersos por las cunetas de la llamada piel de toro). Se cierra el telón y se ve al Pedro Sánchez sin bandera y en pelotas, en medio del desierto.

Estos socialistas del “entre dos aguas”, han conseguido que les despojen de la bandera, la justicia, la policía, el ejército y hasta el mérito de haber sido quienes acabasen con la ETA. Ese muerto, que comparte escaño con la derecha y ultraderecha como si fuese el Cid Campeador.


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