Historias de la Nueva Era: 80 días después
Ochenta días después, ya echo de menos los días duros de
confinamiento.
Los ruidos han vuelto a devorar los sonidos. Han vuelto las
bandas de ni-nis a regar la plazoleta de latas de cerveza, colillas de tabaco y
no tabaco, restos de comida basura, las miradas desafiantes, el bum-bum, el
reggaetón y las carreras de coches y motos.
Está lo que nos cuentan, y la realidad que, como es sabido,
siempre resulta peor.
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