Historias de la Nueva Era: Intelectuales de la farándula y el balompié
A Victoria Abril le han dado un premio de esos que se
reparten a actores y actrices (esa gente que pone su cara, cuerpo y voz a lo
que otros han pensado y escrito), y ha aprovechado para darnos un clinic y
recordarnos (una más), que quienes no comulgamos con “su” verdad, somos unos
monigotes, indocumentados, borregos siervos de Bill Gates, los laboratorios
médicos y el contubernio internacional o liga de los países, que nos robotiza
con sus pastillas de “soma”.
Con mi definición de actor no quiero faltarles el respeto,
porque podría decir que, un portero de futbol, es un personaje que se junta con
otros tipos en pantalón corto, como él, simplemente para que la pelotita no
entre en un espacio formado por tres palos. Ni para una cosa ni otra se
necesita haber estudiado (estudiar no es aprenderse de memoria lo que ha
escrito otro, ni aprenderse para que lado suele chutar los penaltis un rival).
Solo se necesita tener “facultades” para ejercer ese oficio (al menos en el de
actor saber leer y memoria, que en el de futbolista ni eso). Sin embargo, el
portero Reina nos dice que los rojo-comunistas que nos gobiernan, son lo peor
que le ha pasado a su país en cuarenta años (le ha dado vergüenza decir “de la
historia”, que es lo que realmente pensaba), y que hay que echarlos como sea.
Palabra de portero-animador.
Para ambos ¿Alguien se imagina al premio Nobel de medicina,
decir, cuando se le pregunta sobre sus investigaciones, por las que le ha sido
concedido el premio, el día de la entrega, que él no quiere hablar de eso y que
solo hablará de futbol y/o de cine? Pues eso es lo que ha hecho la señorona
esta, que se ha negado a responder cuestiones sobre el motivo por el que estaba
ahí, y para quien la pandemia es una “plandemia”. Que solo el 5% de los muertos
han sido por Covid, y la vacuna un experimento en el que somos “conejillos de
indias” (textual), cuyo resultado es, que la gente que se vacuna se contagia
más y se muere más ¿Y de dónde le viene toda esa ciencia infusa? De internet.
Ya me veo yo millones de currículos de todo el mundo, en el apartado de
estudios: Medicina, Arquitectura, Ingeniería… y en el apartado de lugar o
facultad: “internet”.
Por cierto, aunque en los paquetes de tabaco ponga en grandes
titulares “el tabaco mata”, el tabaco no mata. El tabaco produce cáncer (de
pulmón y otros órganos), y es ese cáncer quien te mata. El Covid no mata (así
que incluso el 5% que dice la intelectual de las bragas de oro, es falso). El
Covid produce, entre otros, neumonía en ambos pulmones y esta es la causa de la
muerte.
Bueno, no es ella la única que ¿piensa? así o de forma
parecida, y tampoco quiero faltarle el respeto a quienes tengan teorías conspiratorias
parecidas, pero aún no ha sabido explicarme nadie, un desarrollo lógico de este
contubernio.
Según esta señora, todo esto es una “plandemia”, es decir “un
plan”, y es que todos y todas coinciden que el objetivo último es privarnos de
libertad y controlar todos los movimientos, gustos, y actividades de los
ciudadanos. Además, quedaremos en manos de Bill Gates y de paso en las de los
grandes laboratorios médicos, que también controla este personaje, y así aparte
de enriquecerlos hasta el extremo, podrán introducirnos sus mejunjes y chips,
con los que llevar a cabo sus objetivos descritos. Vale, lo pillo pese a mi
borreguil intelecto, y eso quiere decir:
Que todos los países, independientemente de sus regímenes
políticos, democracias o dictaduras, se han puesto de acuerdo para este engaño.
Aunque a algunos, como al Kim Jong-un (Corea del Norte), lo del objetivo de
privar de libertad a sus ciudadanos aun no lo ha pillado, y se pregunta por la
idiotez de los países occidentales para conseguir algo que, a ellos (su papá y
él), les ha costado dos telediarios porque no han necesitado ningún montaje
para llevarlo a cabo.
Que, todos los países tienen como enemigos comunes a bares,
restaurantes, cines y teatros; que vendrían a ser como el gobierno
rojo-comunista (de Reina), con los que habría que acabar como sea. De ahí lo de
no dejarlos trabajar, arruinarlos y mandar al paro a sus trabajadores.
Que, para conseguir sus objetivos hay que acabar con el turismo,
compañías aéreas, hoteles, agencias y cualquier cosa relacionada con el mismo.
Que hay que acabar con los comercios de los centros
comerciales y los de grandes superficies.
Que hay que acabar con las petroleras que, hasta el
descubrimiento por los licenciados de internet, eran quienes manejaban el mundo
con sus incrementos de precios, que hacían temblar las economías de los países,
pues el precio del combustible afectaba a todos los demás sectores. Varios meses de petroleros atracados, y
caídas de precios y venta de los combustibles, solo son daños colaterales
despreciables ante el objetivo supremo de quitarnos la libertad.
Que, han conseguido convencer a millones de personas
dedicadas a la sanidad, independientemente de su capacidad intelectual, de la
existencia de ese falso virus, y de paso pasar horas y horas, disfrazados bajo
capas de tela, plásticos, mascarillas y gafas de buzo, sin duda porque todos
esos millones de personas no se han informado en internet.
En definitiva, todos los países del mundo se han puesto de acuerdo,
contando naturalmente con la complicidad de sanitarios, bomberos, policías,
funerarias, servicios de emergencia etc., para hundir sus economías y mandar al
paro, la miseria, y en muchos casos a la indigencia, a millones de ciudadanos,
con el fin de privar/ limitar la libertad y controlar su vida… y eso te lo
dicen con un móvil en la mano (el mismo con el que se conectan para informarse
y aprender, en esas páginas de internet que nos dice la Abril). El mismo móvil
donde tienen instaladas APPs (programas), con los que hacer chorradas del tipo
“Face”, “Tik tok”, “Instagram” … a los que han dado permiso para acceder a su
localización, datos de navegación, contactos, gustos, búsquedas… y a toda la
actividad de su vida en general, ya que sino no funcionan. Eso sí, el peligro
es que nos quieren inyectar una supuesta vacuna, que para unos es un
experimento y para otros un “chis”, con el que controlarnos la vida.
Y así estamos, en la era de la información.