El hastío me consumía y salí a la calle a pasear, miradas
impersonales y ausentes.
En la barra de un bar pedí un café, lo tuve que hacer hasta
tres veces para que el camarero me prestara atención. Cuando salía tuve la
certeza de que aquel hombre ni siquiera se fijó en mí.
Si estas letras no las públicas, si lo escrito se pierde en
el vacío de la “red”...
Si yo he nacido y nadie me ha “leído”, si mi cuerpo físico se
disuelve en las masas…
¿Qué pinto yo aquí… para qué me han nacido?