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domingo, 31 de mayo de 2020

 Historias de la Nueva Era: Mujer, roja y feminista

¿Alguien cree que es casualidad que la extrema derecha ponga en primera plana las demandas al gobierno, acusándolo del contagio del virus por la manifestación del 8-M?

La banda del pistolero Abas-Kal, y la colaboración del PP con la boca pequeña, ha lanzado un ataque directo contra el feminismo. Ni más ni menos. Solo hay una cosa que resulta más insoportable a la extrema derecha fascista que un rojo, y es una roja. Mujer, roja y feminista.

Día 79

viernes, 29 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: La fábula de la rana y el escorpión


Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión, que le dijo:

—Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda…

—¿Qué te lleve a mi espalda? —contestó la rana—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás.

—No seas tonta —le respondió entonces el escorpión—. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón te hundirás en el agua y que, yo, como no sé nadar, también me ahogaré?

Y la rana, después de pensárselo mucho, se dijo a sí misma:

—Si este escorpión me pica a la mitad del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto como para hacerlo.

Y entonces, la rana le dijo al escorpión:

—Escorpión, lo he estado pensando y te voy a ayudar a cruzar el río.

El escorpión se colocó sobre la espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río.

 Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo, y cómo, el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Mientras se ahogaba, y veía cómo, también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle:

—No entiendo nada… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir.

Y entonces, el escorpión le respondió:

—Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre, y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme.

 

Y poco después de decir esto, desaparecieron los dos bajo de las aguas del río.

 

El PSOE es ese partido republicano, pero que defiende y justifica a la monarquía, y lo que es más grave, la impunidad de los monarcas.

Es ese partido que se declara federal, pero que, tras casi veinticinco años de gobiernos tras el franquismo, algunos en mayoría absoluta, no solo no ha dado un paso para hacer de España un país federal, sino que a la primera oportunidad que ha tenido, le ha quitado competencias a las Comunidades Autónomas (que vendrían a ser un sucedáneo de ese federalismo).

Es ese partido que se declara de izquierdas, pero que, siempre que le han salido los números, ha pactado con la derecha.

Es ese partido con una base de gente verdaderamente de izquierdas, pero con una cúpula de dirigentes y ex dirigentes, de derechas, que se autodenominan barones, lo que ya da una idea de sus verdaderos sentimientos aristocráticos.

El PSOE es ese partido que en campaña electoral promete políticas de izquierdas, pero cuando alcanza el poder se pliega a los intereses de las oligarquías del país, renegando incluso del único presidente socialista (Zapatero), que se atrevió a hacer políticas sociales progresistas.

El PSOE es ese partido de izquierdas que nunca ha tenido valor de meterle mano a la Iglesia, ni tan siquiera para reclamarle los bienes e inmuebles que se apropiaron.

El PSOE es ese partido acomplejado, que actúa con cobardía cuando gobierna, bailando al ritmo que le marca la derecha y extrema derecha, perdiendo el tiempo en defenderse de sus ataques e insidias, o confabulándose con ella, en lugar de atacarla.

El PSOE es ese partido de izquierdas que, gobernando el país aproximadamente el mismo número de años que el PP, se encuentra constreñido en una telaraña de jueces y fiscales de derecha y extrema derecha, que son quienes realmente deciden la ideología política que se puede aplicar, por encima del deseo mayoritario de los ciudadanos con sus votos, y disponiendo incluso, lo que un Parlamento democrático puede o no, debatir y aprobar.

El PSOE es también ese partido que, con esos años de gobierno a sus espaldas, no ha intentado limpiar unos cuerpos de seguridad parasitados por fascistas, que campan impunemente por esas cloacas del estado, expandiendo mierda sobre los “enemigos de la patria” y del libre mercado, con la colaboración de corruptos “presuntos periodistas”, sin ética ni dignidad.

 

El PSOE, como el PP, siempre se ha sentido cómodo moviéndose por las llamadas “cloacas del estado”. Hace muchos años, durante los gobiernos de González, al que se movía por esas cloacas como por su casa, le llamaban “fontanero”; pero tras tantos años de gobiernos socialistas ¿Parece lógico que la derecha y ultraderecha, se haya apoderado en exclusiva del entramado del verdadero poder? ¿Tan inútiles han sido, como para no haber sabido, ni podido, colocar, al menos para compensar, a miembros del poder judicial y mandos de policía y guardia civil, con verdadero sentimiento democrático?

Viendo y escuchando a esos poderosos “barones”, la carrera que han hecho con posterioridad a dejar la política activa, atravesando esas puertas giratorias que llenan sus cuentas corrientes, y sus discursos carentes de diferencias con los de la derecha, la conclusión a la que llego es que no ha sido por incapacidad, sino porque eso responde a su verdadera ideología. La de quienes mandan en el partido, por encima de los deseos de sus bases.

El PSOE no le ha hecho ascos a dejar subir a sus lomos a personajes corruptos, “fontaneros” de esas cloacas al servicio de la derecha, con un historial tan manchado como el ahora conocido en todo el país (en Catalunya ya lo conocíamos), Pérez de los Cobos, y claro, el escorpión es fiel a su naturaleza y acaba por picar a la rana, con la diferencia de que a este escorpión hay muchos voluntarios para lanzarle salvavidas y evitar que se ahogue; judicatura, partidos políticos de derecha y extrema derecha, sicarios de los llamados “medios de comunicación”…

Como suele pasar en la vida real, en esta fábula tan solo se ahogará la rana… por falsa y gilipollas, y es que, además, este escorpión se cubre con tricornio.

Día 77


miércoles, 27 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: Confianza

Según el diccionario de la RAE, en lo referido a una persona:

1. Con quien se tiene trato íntimo o familiar.

2. En quien se puede confiar.

3. Que posee las cualidades recomendables para el fin a que se destina.

No voy a decir nada nuevo. Cada día alguien del Gobierno se mete en un charco, y cada día, los que no duermen, ansiosos de que haya un golpe de estado, aprovechan para matar la rana a cañonazos.

 

La penúltima movida ha sido la destitución como Director de la Comandancia de Madrid, de la Guardia Civil, de Diego Pérez de los Cobos, “por falta de confianza”. Tal cual.

Supongo que, como la mayoría de ciudadanos de este país (aunque pudiera ser que solo haya sido yo, por lo que no debería generalizar), es la primera vez que tenemos conocimiento de que el cargo ese, pudiese ser puesto y depuesto por el Gobierno, y la cosa tiene atributos masculinos; porque lo que quiere decir el motivo de la destitución, es que el Gobierno “más progresista y más de izquierdas” de la historia de España, había depositado su confianza en un personaje que, según se decía en Diario 16 ya hace varios meses:

- Su padre fue parte de la candidatura en Murcia del partido de extrema derecha Fuerza Nueva para el Congreso de los Diputados, en las elecciones generales de 1977

- Su hermano Francisco Pérez de los Cobos, fue magistrado del Tribunal Constitucional entre los años 2011 y 2017; y también fue el presidente de ese TC durante los años 2014 y 2017 cuando, precisamente en el año 2015, bajo su presidencia, este tribunal se cargó el Estatut de Catalunya. Para más pixarse en la gente, entre 2008 y 2013 fue militante del PP y colaborador del partido con Aznar.

Hasta aquí solo son cosas de familia, y se supone que uno tiene vida propia, pero ¿qué hechos pertenecen exclusivamente a la suya?

-El 23 de febrero de 1.981, en el secuestro e intento de golpe de estado de Tejero, ataviado con su camisa azul de falangista, se presentó en el Congreso para ponerse a las órdenes del golpista.

-En 1992 Diego Pérez de los Cobos fue procesado, acusado de torturas al etarra Kepa Urra. Salió absuelto, pero no es de extrañar.

- Fue nombrado por el Gobierno de Rajoy, responsable de coordinar las fuerzas “de seguridad”, encargadas de apalear a los ciudadanos catalanes el 1 de octubre, tras lo que fue ascendido y condecorado por los servicios prestados a la patria.

-Mintió flagrantemente en el Tribunal Supremo, cuando fue llamado a declarar durante el juicio del procés.

-Mintió flagrantemente en la Audiencia Nacional, cuando fue a declarar durante el interrumpido juicio a Intendente Trapero, además de haber sido el instigador de su procesamiento.

 

Este es el currículo que adornaba a este “demócrata” hasta anteayer (el mismo que hoy), fecha en la que gozaba de la “confianza” del gobierno socialista-comunista-bolivariano, cuyo presidente, por cierto, había sido quien lo había puesto en el cargo que ocupaba.

¿Y qué es lo que les ha hecho perder la confianza en este servidor de la patria?

Pues que al parecer se han dado cuenta que, los informes, en concreto referidos a miembros de ese gobierno, que le había solicitado una jueza cavernaria de Madrid, que los investiga, estaban llenos de falsedades, incriminaciones infundadas y noticias del periodista (ese es el oficio que dice tener él), más imparcial que se ha conocido, Inda y su OKDiario. Ni más ni menos, que las mismas mentiras de los informes que pergeñaron el también perjuro Tácito y él, sobre los sucesos de Catalunya.

Su destitución ha sido una injusticia inaceptable para la ultra derecha española (todo lo que hay desde Ciudadanos hasta Falange), cometida contra un héroe (la portavoz de “pecas”, el perro de Aguirre, siempre tan acertada), salvador de la patria. Efectivamente, de su patria, la que salió a la calle el sábado “en manifestación alegre y festiva”, para conmemorar los veintisiete mil muertos por Coronavirus.

Ahora, esos “demócratas de toda la vida” (aunque estuviesen en su momento en contra de la Constitución), exigen al ministro Marlaska (reconvenido por el Tribunal Europeo de DDHH, precisamente por no investigar casos de torturas como el del patriota De los Cobos), que vaya al Parlamento a dar explicaciones de esa destitución.

Error, somos justamente los que confiamos en ellos (y no me refiero a los del PSOE, precisamente), quienes debemos exigir a este Gobierno que se auto declara “más progresista de la historia”, explicaciones de cómo fue posible dar su confianza a un personaje tan siniestro como este, con el currículo que arrastraba; colaborador, entre otros, de el siniestro Fernández Díaz, quien, aparte de contar con la colaboración de Marcelo, su Ángel de la Guarda conseguidor de aparcamientos, volcó todos sus esfuerzos en arruinar esa Catalunya (ojo, en realidad a los ciudadanos que vivimos en Catalunya), que lo despreciaba a él y a su partido, donde no pintan nada.

Por cierto, que hoy ha dimitido un tal Teniente Coronel Ceña, el superior de Pérez de los Cobos, por no haber sido informado previamente de la destitución de su subordinado. Lo curioso es que el dimitido se habría tenido que jubilar a finales de marzo, pero este, igual que el otro, también gozaba de la confianza de Marlaska, quien le pidió que esperase a que acabase la crisis del Coronavirus. 

 

Después de los motivos para su destitución, está claro que, de las tres definiciones del Diccionario de la RAE, este gobierno creía en este De los Cobos según la segunda acepción, “En quien se puede confiar”. Estaría bien que explicasen las otras dos (dado que además su máximo impulsor fue Rubalcaba cuando era ministro del Interior), “¿se tenía trato íntimo o familiar?” y “¿poseía las cualidades recomendables para el fin al que estaba destinado” ?; porque si se cumplían estas dos últimas condiciones, la cosa era bastante más inquietante que lo de la confianza. 

lunes, 25 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: Hablando de miserables y banderas

“Esto es impresionante. Lo más parecido que yo vi es cuando ganamos la Copa del Mundo. Gente por las calles, con alegría, pacíficamente, expresando con toda alegría su derecho a protestar con banderas de España, sin un sólo incidente feo. Esto es una maravilla, realmente es increíble”.

Espinosa de los Monteros, en la celebración de VOX por los 27.000 fallecidos por Coronavirus.

La caravana ultra vivió su jornada festiva de “golpe de Estado”, con siete banderas golpistas por soldado, subidos en los nuevos “tanques” del siglo XXI, mientras enviaba a los zapadores, al cuartel general del tribunal Supremo, donde pusieron sesenta denuncias contra el ilegitimo gobierno comunista, e iniciar el proceso sumarísimo o Consejo de Guerra, con el que acabar con los enemigos de España y recuperar lo que las urnas les han robado.

Ese día, muchos españoles de bien, viendo esa exhibición bicolor en manos de los herederos del franquismo, se preguntaban si debían comerse la bandera que habían colgado de su balcón, cuando tocaba defender su patria de los barreneros catalanes, que querían destruirla, o bien introducírsela por salva sea la parte; porque los catalanes no consiguieron romper España, pero sienten que los españoles de verdad, los que llevan la patria en el corazón y el dinero a Suiza, les han quitado lo que creían su símbolo patrio.

Eso, al menos, es lo que me ha parecido deducir de bastantes comentarios en las redes, y es que, por lo visto, no se enteraron que esa bandera nunca fue suya. Fue la bandera instaurada (en un principio solo restaurada en los colores), por la Junta Militar golpista, en las primeras semanas del alzamiento del año 36, para distinguirse de la tricolor de la Republica legal. Por lo tanto, es lógico que ondee en las manos de quienes mejor la representan, los herederos de sangre del franquismo y los advenedizos pijoflautas; tal y como rezaba el manifiesto de esa Junta Militar al proclamar su restauración:

"Sólo bastardos, cuando no criminales propósitos de destruir el sentimiento patriótico en su raíz, pueden convertir en materia de partidismo político lo que, por ser símbolo egregio de la nación, está por encima de parcialidades y accidentes. Esta gloriosa enseña ha presidido las gestas inmortales de nuestra España; ha recibido el juramento de fidelidad de las sucesivas generaciones; ha ondeado los días de ventura y adversidad patrias, y es la que ha servido de sudario a los restos de patriotas insignes que, por servicios prestados a su país, merecieron tal honor"

Bien, al menos ahora no pueden decir que fueron engañados en la “ejemplar transición” cuando se blanqueó el significado de esa bandera, que representa a quienes representa (en un principio a los Borbones y los fachas), por mucho que algunos se nieguen a reconocerlo.

Estuve viendo un video de algunos manifestantes respondiendo a las preguntas del reportero. En general, todos respondían que el objetivo de la manifestación era exigir la dimisión del presidente del gobierno, del coletas (uno, ya madurito, hasta lo retó a enfrentarse a él en un ring de boxeo, nivelazo), que fuesen juzgados por criminales, arruinar el país y todo eso tan repetitivo y cansino, por lo que se debía instaurar un gobierno de concentración (naturalmente sin rojos-comunistas); que por si alguno no lo había pillado, esa es la idea que tiene esta gente de la democracia.

Me llegó al alma la abuela que confesó haberse cruzado con la Monasterio, y no haber podido evitar que le temblasen las piernas de la emoción. Claro, que igual en las piernas era donde tenía ubicada la neurona y se echó a temblar por miedo a ser saqueada por la delincuente cubana.

También me “impresionó” otro abanderado que estaba allí, porque aún no había cobrado por el ERTE; que igual lo que pasó es que se había confundido y tanta bandera le impidió ver que los que organizaban aquello, eran los que se habían opuesto a que se promulgasen los ERTE, y lo que querían era que, en esos momentos, estuviese en la mísera calle sin derecho ni al paro.

 

En fin, que he oído y leído en infinidad de sitios (hacía tiempo que no me metía en las redes sobre estos temas y seguiré con esa costumbre), que a esta gente no le importaban los fallecidos, y no es cierto, a esta gente le importan y mucho, de hecho contra más fallecidos mejor para ellos. Como decía el “filosofo” Rajoy (no confundir con Confucio):

"Cuanto peor, mejor para todos y cuanto peor para todos, mejor, mejor para mí, el suyo beneficio político"

"Perdoneu, però algú ho havia de dir" (modesto homenaje al Tardá de Polonia)

Según he escuchado en una emisora de radio, hoy vivíamos en la equidistancia: 146 días del año 2020, 73 días libres y 73 días confinados.


domingo, 24 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: El científico Sebastianín (Desconfinando la memoria)


Era raro el niño al cual no le traían los “Reyes” una pistola por lo menos, que se complementaba con la cartuchera e incluso un sombrero de plástico para los más afortunados.


En una casita techada de uralita, por lo que se podría definir más acertadamente como barraca, ubicada en el solar de una calle cercana, a la que el Régimen bautizó con el rimbombante nombre de “La Victoria”, y la democracia renombró, pese a seguir siendo tan miserable como siempre, terriza como todas, y contorneada por maleza, zarzas y ginestas; vivían con sus padres, Sebastianín, un año mayor que yo y Francisco José, su hermano pequeño.

-Vamos a jugar a Rin-Tin-Tin...

-Yo soy el Cabo Rusty... sino no juego... -Saltaba rápidamente el pequeño.

-El Cabo Rusti soy yo... que tengo el sombrero...

-O soy el Cabo Rusty o no juego... y se lo digo a mamá y Sebastianín tampoco jugará...

-Bueno vale... pero mañana soy yo...

Francisco José era un niño caprichoso e incordiante, que siempre procuraba fastidiar todos los juegos.

 

El interés de Sebastianín por estos juegos “mundanos”, era muy relativo y temporal. Rápidamente se retiraba a su casa y se ocupaba de sus historias...

-¿De mayor vas a ser inventor...? -Le preguntaba, mientras lo veía trastear con un motorcillo de los que, se dotaban a los cochecitos a pilas y otros chismes similares.

Él era un niño privilegiado y los reyes le habían traído el, tan deseado por los niños de la época, tren eléctrico. Se trataba de un círculo de apenas medio metro de diámetro, donde una máquina y dos vagones, daban vueltas ininterrumpidamente. Yo miraba aquella supuesta maravilla, preocupado, preguntándome, qué es lo que no funcionaba en mi cerebro, para que no le encontrase la gracia al juego.

-¿Quieres ver como descarrila un tren...? -Entonces se movía rápidamente por el patio de su casa, hasta que volvía con una hormiga de las “cabeza-gorda”; cuidadosamente, le arrancaba tres o cuatro patas y la depositaba sobre uno de los raíles, poniendo el pequeño tren eléctrico en marcha.

-¡Toma ya...! ¿Has visto como le ha cortado la cabeza...? -Gritaba entusiasmado el “científico”.

-¿Vamos a ver quién aleja más...?

-Yo también voy... -Se apuntaba Francisco José.

Bajo una higuera que había en un huerto frente a su casa, y sobre el muro que separaba el bancal alto del bajo; abríamos nuestras braguetas y daba comienzo la competición...

-¡Picha corta... picha corta...¡ gano yo con seis metros...- Gritaba su hermano pequeño, mientras Sebastianín sin prestar atención, pretendía “instruirme”...

-¿Sabes que el pito a veces echa una leche como la de los higos? -Y diciendo esto arrancó un higo, aún muy verde, comprimiéndolo entre sus dedos...

-Mira... mira como chorrea... -Decía mientras se rebozaba el prepucio, divertido, quizá por mi cara de pasmado ignorante.

 

A los pocos días, estábamos terminando de comer, cuando llegaron a casa el Sebastianín y su madre...

-Eugenia... que me voy a llevar el niño al médico, que yo no sé lo que le ha pasado... ¡Qué harta me tiene...! A ver bájate los pantalones que te vean...

Sebastianín, con la cabeza gacha y sonrojado de vergüenza, lentamente comenzó a bajarse el pantalón, y tras él los calzoncillos...

Una expresión de estupor salió de los presentes, tenía el prepucio como una masa deforme, inflamado y cubierto de una mezcla multicolor de pus y secreciones...

-¿Pero, qué le ha pasado...?

-Y yo qué sé... dice que estaba meando debajo de la higuera y que se cayó un higo y... ¿Tú te crees...? -Y dándole un pescozón- ... -Anda y súbete el pantalón... que te voy a matar...

Eran los daños colaterales de ser un investigador científico.


Esta noche, mientras el Twidy olisqueaba los “árboles” metálicos, de farolas y bolardos en que han convertido el mundo de su calle, he visto como hacía tiempo que no veía, pese a haberlo mirado en multitud de ocasiones, el espacio, ahora oculto bajo las plantas silvestres que lo pueblan, donde estaba la casa de Sebastianín. No sé porque me ha ocurrido, pues tampoco ha sido una mirada nostálgica, pero la memoria en multitud de ocasiones tiene esas cosas, que me ha traído al primer plano la imagen de él y su hermano, y a veces viene a lomos de un sonido u olor que solo percibe nuestro subconsciente… o quizás, es porque los científicos están de moda en estos días, y algunos se acuerdan de su prepucio y lo que les cuelga.

 

Después de esa familia, otra ocupó la vivienda, y finalmente abandonada, fue desmantelada poco a poco hasta desaparecer por completo, excepto en mi cada día más agrietada memoria.

Día 72

sábado, 23 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: He visto cosas que los humanos deberíais conocer

He visto tornados escupiendo tiburones que se abalanzaban sobre la gente en las ciudades.

He visto coches cruzando ríos de lava y salir indemnes.

He visto mineros haciendo de astronautas, aterrizar en un meteorito y barrenarlo para salvar la tierra.

He visto presidentes de los EEUU pilotar cazas y derrotar a los extraterrestres.

He visto glaciaciones instantáneas, dejar como témpanos a las personas en menos de un segundo.

He visto terremotos destruir ciudades enteras, y grietas persiguiendo a quienes huían.

He visto tremendas tormentas lanzar enormes rayos, destruyendo ciudades y acertando a las personas.

He visto muertos vivientes atacando a personas, y ser muertos del todo, de solo un disparo.

He visto tomates asesinos devorando personas.

He visto un virus propagarse por toda la humanidad en menos de dos meses.

He visto prohibir todas las ceremonias religiosas de cualquier creencia.

He visto a toda la humanidad confinada en sus casas por órdenes de sus gobiernos.

He visto suspenderse todas las ligas de futbol y resto de los deportes, incluidos NBA, campeonatos de Europa y Juegos Olímpicos.

-¡Eh… para, para… ya está bien!  Lo de las dos anteriores afirmaciones es sospechoso, pero me lo trago; ahora bien ¿lo del futbol? ¿y la NBA?... eso no se lo cree ni Dios, ahí te has pasado diez pueblos. Ve a otro con ese cuento. 

jueves, 21 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: Ruido 


Ruido. El ruido ha vuelto y está devorando los sonidos poco a poco. Ruido monótono y constante. Los mismos ruidos de siempre, por los mismos de siempre.

La nueva normalidad tiene todos los defectos de la vieja y ninguna de sus virtudes, si es que tuvo alguna.

Empiezo a sufrir el síndrome de Estocolmo.

Día 69

miércoles, 20 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: Si Catalunya y Euskadi no estuvieran en España


Viendo las imágenes de la anciana rebuscando comida en la basura (tras ella un letrero de supermercado “ahora te llevamos tu compra a domicilio”), mientras pasaban por la acera, los patriotas con look de Doctor Slump, real, no como se ve él, de guapo; me asaltaron dos pensamientos.

El primero, que la anciana aun salió bien parada en cercanía de aquellos “intelectuales”, pues al menos no fue apalizada, ni rociada con gasolina y prendido fuego. Quizás porque estaban muy ocupados, ellos hablando de su hándicap en el campo de golf, y ellas sobre si para manifestarse es mejor ir informal o ya que salen, vestir su ropa de tarde-noche.

La segunda cosa que pensé, es en la mala suerte que habían tenido los españoles de que Catalunya y Euskadi formasen parte del país, o lo que es casi lo mismo, la mala suerte que habían tenido de “disfrutar de una ejemplar transición”. Reconozco que esta idea no la tengo muy bien cocinada y no estoy muy seguro de adónde voy a ir a parar.

Supongamos que, en lugar de tener una “ejemplar transición”, hubiéramos tenido simplemente “una transición”.

Con la ejemplar ya sabemos lo que ha pasado. Se hizo una Constitución con los sables de los militares rechinando en los cuarteles, en la que se coló una monarquía con un rey heredero, no de la dinastía, sino del dictador, que lo había acogido en su seno y, como catalanes y vascos (también los gallegos, pero a otro nivel), deseaban autogobernarse, para no molestar a los de los sables, y que las demás “regiones” acallaran sus voces reclamando lo mismo, aunque no tuvieran ninguna conciencia diferencial, se instauró el “café para todos”, o lo que es lo mismo, se le cambió la denominación de regiones (con algún retoque geográfico), por la de autonomías. A los militares se dio la potestad de ser los defensores de la unidad de España, se pusieron unos articulitos para garantizar que si la cosa no iba como ellos querían, pudieran apretar el botón de pausa cuando quisieran, y a los franquistas reconvertidos en partidos políticos, la llave de blindaje de esos “fueros”, redenominados Constitución.

 

Ahora vamos al ultramundo de las suposiciones en el que todo cabe, porque todo es mentira y nada es real (ya que sino, no serían suposiciones, digo yo). ¿Qué habría pasado si hubiéramos tenido simplemente “una transición normal”?

De entrada, se habría pedido cuentas a quienes aprovechando la impunidad del Régimen, habían cometido delitos de sangre (igual que en la “ejemplar”, no se amnistió a quienes tenían sus manos manchadas de ella), y restaurado todo lo robado (bienes personales y públicos), con lo que, una amplia mayoría de los patriotas que mean colonia y salieron a manifestarse en el barrio de Salamanca, a esas horas estarían, perfumados con Varón Dandy, en las colas de Caritas o en las de las asociaciones populares de Vallecas, para recibir algunos alimentos que llevar a sus familias.

España sería una república, pues tal y como dijo el presidente Suarez, no hicieron un referéndum sobre si los españoles deseaban o no una monarquía, porque tenían datos que decían que lo hubiesen perdido. Es decir, el campechano, ahora emérito, hubiera sido “el exiliaó”.

El “preparaó” estaría vendiendo seguros o de chusqui en un cuartel.

El Urdangarín se habría casado con la novia que tenía antes del braguetazo, y como la cabra siempre tira al monte, ahora estaría en prisión como cualquier otro chorizo.

El Marichalar habría seguido trabajando en el banco, pero al ser un desconocido, habría salido del armario sin problemas, y sería conocido por los bares de alterne de Soria, como la “Mari Chalá”.  

La Cristina no sería infanta, sino simplemente una parte de otra dinastía en el exilio, como la de sus abuelos griegos que ya nadie recuerda. Durante unos años habría sido la comidilla del Hola y el Semana, por sus líos con vetustos play-boys, y pillaría algún tonto que la mantuviese.

La Leticia seguiría siendo la Leti, solo que las huellas de la edad la habrían sacado de las pantallas y ahora estaría de oficinista en alguna cadena de televisión, quizá intentando esquivar los manoseos de Matías Prats, al cruzarse por los pasillos. Y cuando se viese la cara en el espejo de los lavabos, no podría evitar una lagrima, al darse cuenta de que los años habían pasado y también sus sueños de juventud de camelar un príncipe azul.

En cuanto a la Elena, yo me la imagino con un sombrero rojigualda, envuelta en la bandera con el torito, llena de pulseras y collares también de esos colores, deambulando por las calles, y la familia haciéndose cruces porque aún no se ha enterado que ya no pintan nada, en un país al que odian. Mientras, ella va siguiendo a la gente contándoles que es su princesa y tal, hasta que le dan unas monedas para quitársela de encima.

 

Y ahora, en una vuelta de tuerca más al tornillo ese de la imaginación. Supongamos que a catalanes y vascos se le hubiera dado la posibilidad de elegir si querían seguir perteneciendo a la nación española, y ya en una forzadísima vuelta de tuerca, que casi rompe el tornillo y el destornillador, sale que sí. Pero es que además (ahora si ha ido al carajo pieza y herramienta), el resto del país lo acepta, a regañadientes, pero lo acepta.

Estamos en 2020 de ese mundo imaginario, y aún no hemos sido fumigados.  Probablemente los tres, España, Catalunya y Euskadi, sean más pobres, y como no tengo ni idea, ni de economía ni de esas macro cifras (como los economistas, porque si dos tipos que han estudiado lo mismo, tienen argumentos tan dispares es que eso es como el Tarot), voy a dármela por buena.

Hemos quedado que España sería una república, así que de una tacada se ha limpiado un buen puñado de parásitos, presentes y futuros que, como además, cuando monarquean no trabajan, y son alimentados y enriquecidos por el pueblo, crían como conejos para poder acumular más para la familia presente y futura, probablemente si tuvieran que trabajar para llevar ese ritmo de vida y pagar colegios y demás, se harían republicanos.

¿Y qué pasaría con todas y todos esos, que se echan a la calle envueltos en banderas al grito de ¡viva España!? Pues que la gente los miraría como a unos locos y diría “bueno, viva España ¿y qué?” porque claro, al no existir los separatistas porque ya se separaron, no corre peligro la tan famosa “unidad”, ni lo del “España se rompe”, ni tan siquiera los policías y guardia civiles serían los héroes del “a por ellos”; más bien al contrario, serían esos energúmenos que habrían aporreado a indefensos ciudadanos españoles de Murcia o Almería, manifestándose por el precio del pan. De golpe y porrazo (tal cual) se habrían esfumado un montón de medallas y muchas magulladuras de la Catalunya real.

Quiero decir, que esos patriotas del barrio de Salamanca serían solamente los “pijos insolidarios del barrio de Salamanca”, ya que, al no llevar banderas por no tener sentido, solo se les vería lucir sus Lacoste, Ralph Laurent o Manolos. La población en general, al no tener la mediatización de ser de los suyos, porque solo existirían españoles, y por tanto desaparece esa reivindicación, los miraría con asco y los repudiaría. La policía los multaría por romper el confinamiento, y tampoco las televisiones, diarios y demás, les prestarían atención, porque carecería de sentido enseñar a todas horas a unos cientos de pijos, reclamando a sus chachas y el gin-tonic del Club Ecuestre.

Así que de paso los españoles recuperarían su bandera.  Si vale, los fachas y neonazis la seguirían utilizando como en los países donde no hay nacionalismos, pero en esos países no se confunden, porque la ultraderecha se envuelve en ella para atacar a enemigos externos, y lo de la xenofobia y homofobia ocurriría en uno y otro mundo.

En ese mundo imaginario, los españoles no toleraran a tantos políticos ladrones y corruptos como en el real, porque esos delincuentes no podrían distraer la atención con lo del “peligro de los nacionalismos” y tal. No habría “Mases”, ni “Torras”, ni presos políticos catalanes dando “golpes de Estado”. En todo caso, habría políticos presos por destruir pruebas a martillazos, saquear las arcas públicas y repartirse el patrimonio del Estado con sus amiguitos de pupitre del colegio. Es decir, los españoles se podrían dedicar a lo que realmente si les importa.

 

Esos políticos tampoco podrían desenterrar a los asesinados por ETA cada cierto tiempo, para ocultar sus verdaderos planes, ya que, al haberse independizado Euskadi, se supone que se desintegró esa organización terrorista, y en todo caso, si no era así, sería el problema de un país extranjero.

Tampoco habría problemas lingüísticos, porque los gallegos, como serían españoles, se entenderían entre ellos, y de todas formas, antes de verse inmersos en un problema, emigrarían.

El partido político Ciudadanos nunca se habría fundado porque, al no existir Catalunya dentro de España, no tendría razón de ser. Así que los españoles se hubiesen ahorrado muchas dosis de odio y exhibición de performance desde el escaño. Ribera solo habría salido del banco para ir a apuntarse al INEM, tras haber sido despedido, después de comprobarse que había colocado Preferentes a cientos de ancianos y se había montado una banca paralela.

Atresmedia (La Sexta y Antena 3), no existirían por el mismo motivo, así que es probable que a Ferreras tampoco lo conociese ni su mujer, a la que, por cierto, tampoco conocería nadie.

 

En fin, seguro que hay miles de cosas que demostrarían que a los españoles les hubiera ido mucho mejor, para su salud mental, que la transición no hubiese sido modélica, sino simplemente normal y, sobre todo, que Euskadi y Catalunya no formasen parte de su nación.

Es verdad que en esa España imaginaria, probablemente estaría la Belén Estaban, porque lo de su “yo por mi hija mato”, cabe en las dos. También estarían los zánganos de Gran Hermano, los de la Isla, las Campos, los arbitrajes al Real Madrid, con VAR y sin VAR… pero esas cosas hay que aceptarlas, porque si no se siente lo malo, no se reconoce lo bueno.


lunes, 18 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: Leones y cachorrillos

Ellos lo tienen todo. Se echan a la calle con sus Loewe, Louis Vuitton, Burberry, Gucci…, sus pelos engominados, sus permanentes exclusivas, su palo de golf, hierro siete, para aporrear señales; sus chachas para que hagan ruido en su nombre, se envuelven en banderas del país donde evitan pagar impuestos, porque sería como regalárselos a los pobres desgraciados que han nacido para servirles. Les da igual si cumplen o no las leyes, porque están por encima de la ley, y si no, siempre estará su abogado, un fajo de billetes y el “patriotismo” de los “Can Cerberos”, policías que guardan las cuevas de jueces y fiscales que comparten con ellos, y protegen, su estilo de vida. Porque esa es la cuestión, salen a la calle a “defender su estilo de vida”.

 

A los patéticos ciudadanos que hemos nacido para servirles, nos resultan graciosos, ridículos, grotescos, les recriminamos su insolidaridad (que es como ir a la “señu” porque el Paquito ma pegaó o la Nina ma llamaó tonto). Y es que, en el fondo, “los mataos”, es decir el resto, somos tan dignos y tenemos una ética tan superior, que solo “merecen” nuestro desprecio.

Hace muchos años, al pasar por delante de la extinta Formiga D’Or, del Portal de l’Ángel, un libro llamó mi atención (como pasa siempre, por tener una portada atractiva), se llamaba “Manual para viajeros por España y lectores en casa” de un tal Richard Ford, escrito en 1845. Al parecer este escritor inglés, se dedicó a pasearse por el país a caballo y diligencias, y publicó sus impresiones en varios volúmenes de una o varias regiones. El que cayó en mis manos era el dedicado a Andalucía, y tras hojearlo, me pareció interesante y lo compré.

 

Este hombre, con una escritura muy amena, daba su visión de lo que era esa región desde el punto de vista de un ser superior, intelectual y socialmente. Recuerdo que consideraba que la península pertenecía a Oriente, decía que los mosquitos eran una plaga insufrible, pero que a los españoles no les picaban, porque de tanto comer ajos, su piel olía a ese condimento y los insectos ni se les acercaban (curiosamente bastante más de un siglo después, la pija Victoria Beckam, hizo esa misma afirmación cuando su marido vino a jugar a este país oriental).

Pero de todas sus historias, la que más llamó mi atención era la que contaba que, en cierta ocasión, al pasar el Almirante Nelson con su flota frente a las costas de Tarifa, los españoles dispararon sus miserables cañones contra los barcos, pero él, con el mayor desprecio y dignidad, optó por no responder, “tal y como habría hecho un león al que ladra un cachorrillo”.

 

En este cuento de ahora y de toda la humanidad, los leones son ellos y los cachorrillos nosotros, pero tenemos un implante genético que se encarga de renovar eso que llaman religión, según el cual, por encima de la justicia terrenal está la divina, que será quien premiará nuestras penas en esta vida, una vez la hayamos abandonado, y entretanto, estos que son quienes más dicen creer en ese Dios justiciero, precisamente porque se encarga de defender “su estilo de vida”, viven como parásitos, sin importarles si hacen daño directamente o con sus actitudes perjudican a los mataos que han nacido para servirles.

 

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.

Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.

 

Por si no había quedado claro.

 

Así que mientras el resto, vulgares cachorrillos, actuamos como leones vegetarianos, ellos, ante nuestros ojos, roban nuestros dineros, nuestra sanidad, nuestra educación, pasean sus coches de lujo por las carreteras que les pagamos… eso sí, nos parecen ridículos, pero  tendremos asegurado el reino de los cielos de “los ateos dignos”.

 

Y es que en realidad ¿a alguien le parecería coherente defender nuestro estilo de vida, el que "disfrutamos"?


sábado, 16 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: Alta tensión

Sería por la segunda mitad de los sesenta. Era una noche de invierno, la niebla casi se había apoderado de la montaña y las gentes estábamos guarecidos en las casas, pegados a la estufa o al brasero, probablemente viendo cualquier programa nocturno, de la exigua programación en la única cadena de televisión. De repente se fue la luz, al tiempo que sonaba algo semejante a la sirena de un transatlántico, un “tuuuuttt” estridente y prolongado, y todo se iluminó con un gran flash, que igual solo duro cuatro o cinco segundos, pero parecieron una eternidad.

Los vecinos salimos a la calle asustados por algo que nunca antes había ocurrido y cuyo origen desconocíamos (afortunadamente aun no estaban de moda los platillos volantes ni invasiones extraterrestres). Los mayores preguntaban unos a otros ¿lo habéis oído…? ¿lo habéis visto…?

La respuesta la tuvimos ante nuestros ojos y oídos a los pocos minutos, cuando se repitió el fenómeno, ya ante la visión de quienes permanecíamos en la calle, envueltos en mantas y ateridos de frío.

Hacía unos pocos meses que habían profanado la montaña instalando las torres de una línea de alta tensión, que llegaba hasta la central de la carretera de Collblanc, y en esa noche de niebla, la humedad, al parecer, ocasionaba sobrecargas o lo que sea y eso daba lugar a aquel sonido terrorífico que, acababa con una chispa final tan potente, que convertía la noche en día por unos instantes.

Este mal funcionamiento fue corregido algunos meses después y se acabó aquel espectáculo que, una vez conocido su origen, se había convertido incluso en una diversión.

Es verdad que los vecinos no vimos con buenos ojos la instalación de aquellos gigantes metálicos a lo largo de la ladera, pero también es cierto que, hasta entonces, las tormentas repartían sus rayos indiscriminadamente y en esa lotería nadie ni nada estaba a salvo. Era habitual que destrozasen algún pino en parte o totalmente, e incluso antes de nacer yo, cayó uno en la terraza superior de la casa y echó abajo uno de muros laterales.

 

Han tenido que pasar más de cincuenta años, para que un confinamiento que me obliga a participar solo visualmente del paisaje que rodea la vivienda, haya hecho que me fije en algo que antes mis ojos trataban de desenfocar, como se hace con los objetos cercanos en fotografía, para que no distraigan la atención de lo que nos interesa mostrar. Y me han llamado tanto la atención (he llegado a pensar obsesivamente), que, teniéndolas ante mis ojos, no me había dado cuenta “consciente” que incluso son diferentes.

Naturalmente esto no podía ser una casualidad ni un concurso de diseño, y mirando en esa biblioteca de Alejandría que es internet, me he enterado de algo que seguro es una obviedad para muchos, que cada forma responde al número de kilovatios que transporta. Parece una tontería, pero esto es para mí como si nos hubiesen presentado, y desde ahora supiese su nombre y apellidos.


jueves, 14 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: La estirpe de los pájaros

A unos doscientos metros de casa, dentro de un recinto vallado, y con un frondoso pinar que apenas si los deja ver, están los depósitos del agua.

 

En esta época del año, todas las especies de aves que habitan la zona desarrollan una gran actividad, consistente básicamente en conquistar a las damas, emparejarse, edificar los nidos acarreando todo el material necesario, y naturalmente, alimentarse ellos y sus polluelos cuando salen del cascarón. He comprobado también, que cada especie tiene “pactados” unos territorios propios, que van ocupando año tras año, en periodo de cría.

Los gorriones suelen ocupar los respiraderos de las terrazas de las viviendas. Las golondrinas y vencejos construían sus nidos de barro y babas bajo los aleros de las casas, pero ahora hace tiempo que no se ve ninguno (el último que vi fue el que hicieron dentro de la casa de madera hace más de diez años). También hace unas décadas, una pareja de abubillas anidaba año tras año en uno de los tubos de drenaje del solar del vecino, pero hace ya mucho que también desaparecieron. Gorriones, vencejos y abubillas están en periodo de extinción gracias al hombre, así que, aunque ellos no lo sepan, este tiempo que estamos viviendo va a ser como un “respirador en la UCI” para esas especies.

 

En el hueco de uno de los muros del hospital, anidó hace unos años una pareja de halcones, y cada año vuelven al mismo lugar ellos o sus vástagos, así que, en periodo de apareamiento y cría, es fácil verlos juntos o por separado, colgados del cielo como guirnaldas, oteando la vaguada y utilizando las alas como viseras para protegerse del sol, en busca de conejos, pajarillos o alguna culebra que haya escapado de los jabalís.

Las tórtolas y palomas torcaces tienen su “residencia” en los pinos más altos de la montaña, aunque pasan casi toda su jornada laboral por la zona semi urbana, sobretodo merodeando el palomar del vecino como si fuese una tienda de chucherías.

Naturalmente hay bastantes más especies de aves por la zona. Los petirrojos y tifas (comunes y reales), prácticamente realizan toda su actividad entre las zarzas y malezas del barranco, donde hacen sus nidos, y es fácil por las noches, escuchar a los jilgueros y algún mochuelo que ha sido expulsado de la zona, al quitar el cableado de la luz y los postes desde donde hacían guardia, a la captura de algún ratón y sobretodo de las cucarachas.

 

Por esta época suelo ponerles a los gorriones, en el pretil de la terraza, un cacharro con agua y otro con pan remojado. Los animales van viniendo muy tímidamente a comer, hasta que alguna urraca, que también están pendientes de la apertura del restaurante, toma posesión del alimento y ellos deben huir al ciprés de enfrente de casa, mientras esperan a que el “monstruo”, que también compite con ellos en cuanto a insectos y desperdicios humanos, se sacie y les deje algo.

Las urracas tienen como territorio de cría, precisamente, el pinar de los depósitos del agua.

 

El año pasado, cuando ya los huevos habían eclosionado, observé al halcón, que sobrevolaba el pinar de los depósitos. mientras algunas urracas iban ocupando las partes más altas de los árboles. El ave rapaz hizo intención de acercarse más a las copas de los pinos, y entonces, un par de urracas salieron en busca de él, obligándolo a tomar altura. La cosa se repitió varias veces, el halcón se acercaba a los nidos, y las urracas, en grupos de dos o de tres, se lanzaban a atacarlo. La verdad es que yo no salía de mi asombro, pues siempre he considerado a las urracas como carroñeras, pero no se me había ocurrido que pudiesen amedrentar a un halcón que, se supone, un ave de rapiña. Al final, al parecer, se les acabó la paciencia a las urracas y decidieron ir a por el halcón por turnos, él retrocedía en el aire unas decenas de metros, y otra tomaba el relevo y lo acosaba. El grupo de ataque (pues ya no parecía de defensa), se multiplicó, y al final eran seis o siete las que lo acosaban, graznando amenazadoras, persiguiéndolo hasta que él, supongo que, con la dignidad en la garganta, optó por elevarse y desaparecer definitivamente de la zona.

 

Hoy ha sido uno de esos días que solemos llamar “de perros”, fresco y con lluvia, así que no invitaba precisamente a estar en el exterior y he cometido el error de entretenerme un rato mirando las redes sociales.

La cosa ha empezado calentita con la habitual “ayusada” de la Viuda Negra. Hoy iba del pelotazo de su estancia en el hotel de lujo, a la que ha puesto la guinda de compararlo con el confinamiento de Torra (Cataluña, País Vasco, Venezuela, casoplón…, lo de siempre), en el Palau de la Generalitat. Se puede ser tonta y cateta, pero si te callas lo disimulas un poco, y si vas a decir algo sobre alguien, primero entérate que los presidentes de la Generalitat tienen su residencia en el Palau de la Generalitat, con Coronavirus o sin él. Como el presidente de Euskadi en Ajuria Enea o San Telmo el de Andalucía, por ejemplo. Uno se hace cruces de lo que ha tenido que sufrir el perro de Aguirre, siendo esta inútil su portavoz. Seguro que hubiese preferido a cualquier garrapata.

La otra “cosa” ha sido la manifestación de los pijo-parásitos del barrio de Salamanca. No porque no entienda sus quejas. Como decía el Maestre, que me tiene bloqueado por rojo catalanista, están sin chacha, sin poder marchar a sus chalets de la sierra o de la costa valenciana, sus partidos de pádel y golf… Me imagino a estos patriotas pasándose wassaps “oyes, o sea ¿tú sabes lo que es una cacerola, o sea, eso que hemos de golpear hoy, o sea?” Entonces me ha dado por leer los comentarios que hacía la gente a la noticia. Cagada. Decenas y más decenas de personajes con banderita española y crespón negro en el Nick, poniendo a parir al gobierno, a los chavista-comunistas, al coletas, burlándose de “la paguita” … y claro, entras a mirar en alguna de ellas (no es difícil distinguir trolls de gente real), y te encuentras “profesión peluquera…  dependienta de mercadillo… vendedor…” y varios por el estilo.

 

¿Alguien se imagina a los gorriones ayudando a las urracas a defender sus nidos, y proteger su estirpe y estilo de vida?

 

Insisto, el ser humano se siente especie superior. 

martes, 12 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: el Corona-virus

Hace diez años la mayoría de nosotros no habíamos escuchado en nuestra vida la palabra “emérito”, hoy día no solo estamos acostumbrados a escucharla, sino que nos hemos aprendido hasta su significado.

Emérito es simplemente un adjetivo que se pone a continuación de “rey”, para diferenciar a los dos con los que ha tenido a bien bendecirnos ese dios por el que reinan gracias a su gracia, “vamos, por la gracia de dios”, que como todos sabemos, siempre ha sido un bromista, y si no que se lo pregunten a Abraham, a quien ordenó hacer una barbacoa con su hijo Isaac para ofrecérselo en sacrificio, y cuando ya tenía cuchillo y trinchador alzados, e Isaac encima de la parrilla, haciéndose cruces por no haber encerrado a tiempo en un asilo a su anciano padre; el “gracioso” dios de los judíos, y de los que cortan el bacalao en este país, le paró el brazo y lo felicitó por ser tan “sumiso” (por si no habíais pillado de que iba la cosa).

Su sentido del humor también dejó huella en Sodoma y Gomorra, pero sobretodo en Lot, sobrino de Abraham (realmente no sé qué problemas tenía dios con esa familia, aunque no cabe duda de que había alguna cuestión personal, para actuar como los hermanos Izquierdo en Puerto Hurraco), convirtiendo a su mujer en estatua de sal. Enterró a los habitantes de Jericó bajo sus propias murallas, se cepilló a los primogénitos de Egipto, además de envenenar las aguas del río que los alimentaba, saqueó las cosechas de Canaán, dando ideas al señor Mercadona, ahogo a toda la humanidad, excepto a la familia del iluminado Noe que, tuvo a bien construir un barco a miles de kilómetros del mar más cercano. Dentro de unos años también figurarán en la edición revisada del Apocalipsis, el exterminio a fuego lento del pueblo palestino… y como decía, una de sus últimas gracias ha sido conceder dos reyes a un país que, en las encuestas (si no vas a ganar prohíbe los referéndums), se declara mayoritariamente republicano, y donde la monarquía fue impuesta por el dictador, que hizo de intermediario entre Él y el palacio de la Zarzuela.

 

Pero no solo nos hemos aprendido la palabra, ahora sabemos también su significado. Emérito significa que tiene los mismos derechos que el otro, pero que ahora ya no hace falta que disimule en aparentar que sirve para algo, y sobretodo, emérito significa IMPUNE. Es eso que los que dicen que no son partidarios de la institución, pero que son sus máximos defensores, tienen a bien utilizar un eufemismo y llamarlo “inviolabilidad”.

La cosa no tiene desperdicio, porque lo que viene a decir es que este monarca (se les llama así porque parásito ya estaba pillado), y los de su familia; tienen derecho a violarnos a todos sus súbditos impunemente, cuanto y cuando quiera, pero nosotros no a él. Tal cual.

El rey (el emérito y el otro), roba. Tiene impunidad.

El rey asesina animales protegidos. Tiene impunidad.

El rey trafica con dinero negro en países protectores del terrorismo. Tiene impunidad.

El rey tiene cuentas en paraísos fiscales. Tiene impunidad

El rey se salta el confinamiento cuando le salga de sus regios atributos. Tiene impunidad.

El rey ejerce su derecho de pernada y acumula una colección de bastardos, típica de su dinastía. Tiene impunidad.

El rey tiene a bien “ponerte mirando para Cuenca” con o sin vaselina. Tiene impunidad.

Podría dejar unas cuantas líneas libres para que cada quien vaya añadiendo cosas, pero el final ya sabemos que siempre es el mismo. Así que es mejor colocar una redundancia y resumirlo en que, el rey (emérito o no), tiene impunidad para actuar con total impunidad.

 

Hoy no estaba muy por la labor de enredarme porque sigo con los nubarrones en la azotea, pero se me ha ocurrido mirar en la hemeroteca de La Vanguardia (que para mi sigue siendo la mejor hemeroteca, independientemente de su línea editorial), que pasó hace ahora diez años, y me he encontrado con la figura del emérito (por entonces “el campechano”). Me lo encuentro saliendo de una de sus actividades más comunes de su reinado (aparte de esas que ya sabemos), es decir, saliendo de un hospital. En este caso del Clínic barcelonés, alabando la sanidad pública de España (justamente ahora parece una afrenta y no lo digo por el personal), y me ha llamado la atención lo que se dice a pie de foto: “La Casa del Rey ha pedido a la Consellería de Salut, que le pase factura de todos los gastos extras que haya podido provocar la estancia del Monarca en el hospital barcelonés”.

Los “gastos extras”, no vayan a pensar que el rey no paga lo suyo... Como si los corrientes y los extras no se los pagásemos también sus violables súbditos.

No he entrado a leer la noticia, pero supongo que sería una de sus innumerables operaciones de cadera producidas por las caídas… de las camas de Corinas y demás. Vicios dinásticos que supongo deben pertenecer a sus “obligaciones reales”. Como al parecer las de su abuelo Alfonso XIII, que también solía hacer frecuentes visitas a Barcelona, en concreto a unas casas señoriales de la falda del Tibidabo, donde asistía al rodaje de películas pornográficas que el mismo producía y formaron parte de una excelsa y extensa colección personal, que dio nombre a una recopilación de pornografía vintage con la popularización del vídeo en los ochenta.

Bueno pues si todo esto resulta indignante y tal, si el significado real de “emérito” aplicado al rey viejo de España parece una afrenta, he llegado a la conclusión de que nuestra poca dignidad queda mejor parada con eso que, con el significado real de la palabra emérito, según el diccionario de su Academia (la Real) de la Lengua:

“Emérito: Que se ha retirado de un empleo o cargo y disfruta algún premio por sus buenos servicios”.

Ahí queda eso.


domingo, 10 de mayo de 2020

Historias de la Nueva Era: Madrid si es España

 

Durante años he escuchado y leído a opinológos, tertulianos, periodistas y demás, cuando se enjuiciaba sobre alguna decisión o manifestación que se había tomado o dicho desde la capital (como referencias a forma de estado, banderas, monarquía, etc.), “es que Madrid no es España, se piensan que es así, pero no lo es…”.

Mentira. Madrid es España, y el resto, como nunca se han recatado en expresar públicamente los de la farándula, por ejemplo, cuando salían de tournée a otros lugares, “provincias”. Provincia de España, es decir, provincia de Madrid.

 

Al predicador que sale todos los sábados en las teles, al modo de los denostados Chaves o Castro, pero sin chándal, tras quitarles las competencias de sanidad a quienes tenían estructura y conocían la situación de su Comunidad, se le ha llenado la boca de decir que “el virus no conoce fronteras”. Al parecer el virus no conocía fronteras para el confinamiento, pero para el desconfinamiento se las ha aprendido bien, porque ahora ya sabe cuál es la división administrativa de Madrid, perdón España, por provincias, e incluso en algunos sitios por regiones sanitarias. Y nosotros, los ciudadanos, tragamos con la una y con la contraria.

 

Espero ahora que mis amistades, hermanos no de sangre y familia que tengo en Madrid, no se sientan aludidos por lo que tengo necesidad de “evacuar”, porque como dijo aquel filosofo de la radio nocturna, que la petaba en los ochenta (“el butanito”), y que lo copiaría de alguien que desconozco, “generalizar perjudica a muchos”. Porque voy a referirme a “los madrileños” de igual manera que en ocasiones me refiero al “abominable género humano”, y no es mi intención, ni creo que ellos, pese a ser humanos, se sientan señalados como parte de los “abominables” a los que me refiero.

 

Cuando empezó esta movida el virus se extendió por Madrid (es decir, España), como los hongos en una piscina. Miles de contagiados y decenas, centenares y más tarde miles de fallecidos ¿Qué hicieron muchos madrileños? (menos que los que se quedaron), irse de prematuro veraneo a la costa de Levante y andaluza o a sus casitas de “provincias”, llevando el virus con ellos y propagándolo donde hasta entonces no había llegado. Como siempre, al igual que con el “si bebes no conduzcas, ya lo haremos nosotros por ti” “¿acaso te he pedido yo que conduzcas por mi?” “¿tú quién eres para decirme cuántas copas de vino debo yo beber…?”, si, el inefable charlotín, el cómplice de crímenes contra la humanidad, es decir, Aznar y su familia, los primeros en largarse a su residencia vacacional de Marbella.

 

Los hospitales madrileños se colapsaron, hubo que crear UCIS en cualquier lugar, los respiradores se agotaron, tuvieron que incorporar personal sanitario a saco (incluso si su titulo era de la URJC o de Harvard-Aravaca), por parte de quienes habían expoliado la sanidad.

Las poblaciones, que habían sufrido la invasión de madrileños expandiendo el virus como aerosoles, pusieron barreras para impedir el paso a foráneos, crearon patrullas ciudadanas… Todos pedían que confinasen Madrid, como se había hecho en Milán o en la Conca catalana de Ódena ¿Y que hizo el gobierno? Hacerle caso a la población y confinar Madrid… es decir, España.

La situación se fue complicando, se levantaron las alfombras de las residencias, bajo las que se escondían centenares de cadáveres (también en el resto del país). Pobres ancianos, aislados de sus familias y abandonados a su suerte, sin tener la oportunidad de intentar salvar su vida en los hospitales, que estaban reservados para los más jóvenes. Si, los sinvergüenzas de la derecha española como la de VOX, que soltó aquello de que el gobierno comunista había aplicado la eutanasia a los españoles, tal y como tenía intención de legislar. La derecha española en cuyas manos privadas (a quienes representan), está el negocio de las residencias.

Y la sanidad madrileña se colapsó, y el predicador presidente del gobierno salió en su homilía a informar (no solicitar), que los pueblos de España deberían solidarizarse con Madrid, porque los hospitales, los de verdad y los de mentira, se habían saturado y por tanto deberían llevar enfermos a otros lugares donde quedasen camas libres.

 

Pero claro, como decían en la generación de mi padre, lo importante no es solo ser bueno, honrado, justo… (que también), sino parecerlo, y están pasando cosas que no lo parecen. A los de provincias nos resulta “extraño” que siempre que había habido cambios en las condiciones del confinamiento, estas eran anunciadas por el predicador el viernes y entraban en vigor el lunes siguiente (como va a suceder con los de la fase 1), excepto, oh casualidad, las primeras que permitían a las gentes salir a pasear, hacer deporte y otras actividades anteriormente prohibidas, que entraron en vigor el sábado, casualmente la festividad de la Comunidad de Madrid, del 2 de mayo….

 

Y ahora, unas cuantas semanas después, tras recordarnos día a día, lo importante que era la “unidad”, en lo que parecía más una comparecencia de ministros del franquismo, con más uniformados que civiles, y llenárseles la boca del ejemplo mundial de responsabilidad que, habíamos dado los españoles, confinándonos con alegría, pero callando también, que habíamos batido el récord mundial de sancionados e incluso aporreados; llega la hora en que el virus ya si conoce fronteras y, por lo tanto. el desconfinamiento se hará, obviamente dentro de la unidad pero dependiendo de dónde. Seguro que esto lo entienden los ocho habitantes de Fuembellida de Guadalajara, confinados en las mismas condiciones que los vecinos de Carabanchel, en aras a esa “unidad” sin la que no hubiese sido posible que el virus se aprendiese la geografía política española.

Por lo tanto, las Comunidades piden que les abran este resquicio de la fase 1, que permitirá a los fuembellidenses sacar sus ovejas en grupos de diez y con una separación mínima de dos metros…  hasta aquí es lo que hay.

La verdad es que no sé cómo seguir ¿Qué es lo que ha pasado para que el estómago se me haya revuelto y haya tenido necesidad de arrojar esta mierda? Anteayer por la noche, cuando me enteré que, con nocturnidad, la Comunidad de Madrid pedía pasar a la fase 1, no podía salir de mi estupefacción. Hasta hace cuatro días, el gobierno anunciaba la solidaridad “impuesta” de los españoles con Madrid, y ahora estos ¿Qué pretenden, en una situación de saturación en la que todavía están, incluso deshaciéndose de parte del personal sanitario, que se habían visto obligados a contratar? Cómo son España ¿ya cuentan con las camas sobrantes de Castilla La Mancha? En realidad no. Lo que pretendían, como gusanos corruptos que son, era obligar al gobierno comunista-chavista-y-ahora-de-Ciudadanos, a negarles la petición, para poderlos culpar de la ruina económica de la Comunidad, por los comercios y empresas a las que no se les permite abrir y están condenadas a la quiebra; y que, ese gobierno cobarde, no soporte la presión de los golpistas panfletarios y en una semana abran ellos esa puerta, y así puedan responsabilizarlos del incremento de contagios y fallecidos, que sin duda vendrá. Y es que la vida de las personas les importa una mierda.

 

Hoy, cientos de miles o millones de españoles, se indignan con quienes, no respetando las normas de invadir las calles como turbas, sin mascarilla y hombro con hombro, no solo juegan con su salud (que sería su problema), sino con la de todos los demás, pues si ellos enferman podrían ocupar plazas sanitarias de otros que, si han actuado con responsabilidad, y de paso alargar esta situación de clausura. Sin embargo, no he notado esa indignación contra quienes, como Madrid, anteponen las cuestiones económicas a las de salud, y su decisión también nos afecta a todos. Porque no es un tema solo de solidaridad, sino de material y recursos médicos en un país que, como la teoría de la manta corta, “si te tapas la cabeza, te destapas los pies”, o lo que es lo mismo, se le restarían a cualquier otro lugar, gracias a la unidad. Por no hablar de que entonces volverán a confinar a ¿Madrid?, bueno, a España, que es lo mismo.

 

En realidad, la chispa que me ha encendido son las fotos de El Mundo de hoy, con la rata que se escondió en las cloacas cuando empezó todo, disfrazada de plañidera. No se puede tener más falta de respeto a los muertos y sus familias ni, aunque haya que ser comprensivos con una disminuida psíquica, que está ahí por ser la portavoz de un perro. Y cuidado, que estos son los que dicen que nos hubieran salvado y los que nos salvarán. Teniendo en cuenta el virus original de esta población, no cabe duda de que aun nos espera lo peor.

 

Ahora, si has llegado hasta aquí creo que te mereces una aclaración a la que estaba dándole vueltas, a raíz de unos comentarios de alguien con el mismo derecho que yo a dar su opinión. Aunque a veces (o siempre, no lo sé), diga o escriba las cosas de una forma que parece muy segura y taxativa, como si creyese que estoy en posesión de la verdad, eso no es así, en todo caso es mi verdad, y solo de ese momento, porque la verdad absoluta creo que no existe, y la relativa depende de la información que te llega y esta es muy parcial y variable. Yo no soy politólogo, ni sociólogo, ni periodista, ni escritor o cualquier cosa que se le parezca, no tengo ningún título que colgar (la verdad es que ni me importa). Simplemente me gusta la fotografía, me gustaría estar dotado para la pintura y la escritura (todas las herramientas que tenemos para darle forma física externa, a las ideas), pero, sobre todo, me gusta escuchar, leer y observar el mundo al que asomamos por la entrepierna de nuestra madre. Somos esponjas y de vez en cuando conviene apretarnos para hacer sitio y no colapsar, eso es simplemente lo que he intentado hacer a niveles más íntimos desde hace varios años. y eso es lo que hago un poco menos íntimamente ya en la tercera edad. Gracias por leerme, aunque no estés de acuerdo conmigo.

Día 58