Historias de la Nueva Era: Hablando de miserables y banderas
“Esto es impresionante. Lo más
parecido que yo vi es cuando ganamos la Copa del Mundo. Gente por las calles,
con alegría, pacíficamente, expresando con toda alegría su derecho a protestar
con banderas de España, sin un sólo incidente feo. Esto es una maravilla,
realmente es increíble”.
Espinosa de los Monteros, en la
celebración de VOX por los 27.000 fallecidos por
Coronavirus.
La caravana ultra
vivió su jornada festiva de “golpe de Estado”, con siete banderas golpistas por
soldado, subidos en los nuevos “tanques” del siglo XXI, mientras enviaba a los
zapadores, al cuartel general del tribunal Supremo, donde pusieron sesenta
denuncias contra el ilegitimo gobierno comunista, e iniciar el proceso
sumarísimo o Consejo de Guerra, con el que acabar con los enemigos de España y
recuperar lo que las urnas les han robado.
Ese día, muchos
españoles de bien, viendo esa exhibición bicolor en manos de los herederos del
franquismo, se preguntaban si debían comerse la bandera que habían colgado de
su balcón, cuando tocaba defender su patria de los barreneros catalanes, que
querían destruirla, o bien introducírsela por salva sea la parte; porque los
catalanes no consiguieron romper España, pero sienten que los españoles de
verdad, los que llevan la patria en el corazón y el dinero a Suiza, les han
quitado lo que creían su símbolo patrio.
Eso, al menos, es lo
que me ha parecido deducir de bastantes comentarios en las redes, y es que, por
lo visto, no se enteraron que esa bandera nunca fue suya. Fue la bandera
instaurada (en un principio solo restaurada en los colores), por la Junta
Militar golpista, en las primeras semanas del alzamiento del año 36, para
distinguirse de la tricolor de la Republica legal. Por lo tanto, es lógico que
ondee en las manos de quienes mejor la representan, los herederos de sangre del
franquismo y los advenedizos pijoflautas; tal y como rezaba el manifiesto de
esa Junta Militar al proclamar su restauración:
"Sólo bastardos, cuando no
criminales propósitos de destruir el sentimiento patriótico en su raíz, pueden
convertir en materia de partidismo político lo que, por ser símbolo egregio de
la nación, está por encima de parcialidades y accidentes. Esta gloriosa enseña
ha presidido las gestas inmortales de nuestra España; ha recibido el juramento
de fidelidad de las sucesivas generaciones; ha ondeado los días de ventura y
adversidad patrias, y es la que ha servido de sudario a los restos de patriotas
insignes que, por servicios prestados a su país, merecieron tal honor"
Bien, al menos ahora
no pueden decir que fueron engañados en la “ejemplar transición” cuando se
blanqueó el significado de esa bandera, que representa a quienes representa (en
un principio a los Borbones y los fachas), por mucho que algunos se nieguen a
reconocerlo.
Estuve viendo un
video de algunos manifestantes respondiendo a las preguntas del reportero. En
general, todos respondían que el objetivo de la manifestación era exigir la
dimisión del presidente del gobierno, del coletas (uno, ya madurito, hasta lo
retó a enfrentarse a él en un ring de boxeo, nivelazo), que fuesen juzgados por
criminales, arruinar el país y todo eso tan repetitivo y cansino, por lo que se
debía instaurar un gobierno de concentración (naturalmente sin
rojos-comunistas); que por si alguno no lo había pillado, esa es la idea que
tiene esta gente de la democracia.
Me llegó al alma la
abuela que confesó haberse cruzado con la Monasterio, y no haber podido evitar
que le temblasen las piernas de la emoción. Claro, que igual en las piernas era
donde tenía ubicada la neurona y se echó a temblar por miedo a ser saqueada por
la delincuente cubana.
También me
“impresionó” otro abanderado que estaba allí, porque aún no había cobrado por
el ERTE; que igual lo que pasó es que se había confundido y tanta bandera le
impidió ver que los que organizaban aquello, eran los que se habían opuesto a
que se promulgasen los ERTE, y lo que querían era que, en esos momentos,
estuviese en la mísera calle sin derecho ni al paro.
En fin, que he oído
y leído en infinidad de sitios (hacía tiempo que no me metía en las redes sobre
estos temas y seguiré con esa costumbre), que a esta gente no le importaban los
fallecidos, y no es cierto, a esta gente le importan y mucho, de hecho contra
más fallecidos mejor para ellos. Como decía el “filosofo” Rajoy (no confundir
con Confucio):
"Cuanto peor,
mejor para todos y cuanto peor para todos, mejor, mejor para mí, el suyo
beneficio político"
"Perdoneu, però
algú ho havia de dir" (modesto homenaje al Tardá de Polonia)
Según he escuchado en una
emisora de radio, hoy vivíamos en la equidistancia: 146 días del año 2020, 73
días libres y 73 días confinados.
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