Historias de la Nueva Era: La mentira
Hasta los suyos, quienes los mantienen y lavan sus
vergüenzas, saben que mienten. Saben que no tienen escrúpulos para echar del
poder a quienes usurpan lo que ellos creen, que es suyo desde la misma noche en
que decidieron que ya estaba todo atado, para poder decirle al pueblo que el
dictador había muerto. Saben, y apoyan, que cualquier método vale para
conseguir su objetivo. Lo intentaron el 23F de 1981, como lo habían intentado
otras muchas veces, y lo han seguido y seguirán, intentando.
No son solo los que se sientan, ejerciendo de hooligans, en
el Parlamento, porque estos son solo las marionetas, para hacer creer a la población
que allí es donde está la soberanía, y poder utilizar las herramientas a la que
les obliga un presunto sistema democrático. Ellos, los que mueven sus hilos,
son muchos, y están infiltrados en todas partes, pero es que, además, tienen el
poder que les da controlar los medios de contaminación con los que ejercer el
conocido mantra del nazismo, aplicado por la propaganda de Goebbels.
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