Historias de la Nueva Era: Si tiene miedo no salga, quédese en casa
Comercio textil. Cola para pagar.
En el suelo hay pegados, cada dos metros, unos sintasoles, indicando la
distancia mínima que deben observar los clientes. La gente se pasa esto por lo
que vendría a ser, el forro.
Detrás mío, dos señoras (digamos
que entre veinte y treinta y pocos años), que en los EEUU definirían como
hispanas (y no quiero que se tome como una observación xenófoba, sino
descriptiva), sin mascarillas, pese a que son obligatorias, según se avisa en
la entrada del comercio. Junto a dos niñas que las acompañan, van probándose
gafas, sombreros, y todo lo que encuentran a su paso, en el trayecto hasta las
cajas. Todo esto pasando por delante, por el lado, volviéndose a colocar
detrás… rozándome, y a menos de medio metro. Las miro varias veces, aunque no
se dan por aludidas o igual confunden el motivo.
La cola avanza, y una de ellas, la
que siempre llevo detrás, también avanza hasta volver a colocarse pegada a mí.
Me giro:
-Perdona ¿Te puedes poner a los
dos metros de distancia?
-¿Para qué?
Me irrito -¿Cómo que para qué? Porque
tienes que mantener la distancia de dos metros.
-Da igual
-¿Cómo que da igual? –ya le alzo
la voz- ¿El qué, da igual?¿que se contagie la gente?¿qué se muera?¿Eso te da
igual?
-SI TIENE MIEDO NO SALGA. QUEDESE
EN CASA
-¿Qué no salga?¿Qué no salga? Imbécil.
La que no tienes que salir eres tú, maleducada. Todo esto (y otras cosas más
que no recuerdo), se lo recrimino levantando la voz. La gente que está cerca,
calla. También las cajeras, pero miran con caras asustadas, temiendo una
bronca, y lo que es peor, igual solo ven a un viejo chillándole a una
jovencita.
La que va con ella, me dice:
-Vale, ya está, tampoco es para
que se ponga así…
-Así no, se lo he pedido con
educación, y… -me toca turno.
Este Centro Comercial, está en un
barrio muy popular, donde se concentra el mayor número de contagiados de la
población. Incluso el mes pasado, fue donde hubo más brotes de virus en
Catalunya, pero ahora ya sé el motivo. El problema es, que los viejos salimos y
no nos quedamos en casa.
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