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viernes, 23 de abril de 2021

Historias de la Nueva Era: La deconstrucción de los miserables

Jordi Cruz, el guaperas del Master Chef, ha dicho que nunca se lo habría planteado como opción política, pero que, si el votase en Madrid, lo haría por el PP y la Ayuso ¿Quién lo iba a decir? ¿Quién iba a decir que el mismo personaje que utilizaba becarios como trabajadores (la mitad de las plantillas), a cambio de cama y comida (efectivamente, como el tío Tom y los de su raza en los campos algodoneros del sur estadounidense), iba a apoyar a la señora de-mente privilegiada madrileña?

Claro que, teniendo en cuenta que su argumento para acoger a tanto becario, era que, si hubiese tenido que contratar trabajadores asalariados, no podría mantener sus negocios ni ofrecer la calidad que supuestamente vende, no debería extrañar a nadie.

A este “emprendedor” le importan un carajo si los ancianos de las residencias fueron llevados a hospitales o abandonados a su suerte, los datos del paro, la sanidad, la educación o si es la Comunidad con más contagiados y fallecidos por el Covid. Obviamente le importan un carajo las inmensas colas del hambre, de los miles de personas que han entrado en la pobreza como resultado de la pandemia, y no le importan porque esa gente, tampoco sus becarios, son los clientes de sus negocios a 120 euros el cubierto.

Junto a él, otro cocinero catalán estrellado (cuyo nombre no recuerdo ahora ni voy a perder un minuto en buscarlo en Internet), también se confiesa de izquierdas, y al mismo tiempo declara que votaría a Ayuso si estuviera empadronado en Madrid.

Naturalmente esos dos ciudadanos tienen derecho a votar a quienes deseen, aunque su opinión vale lo mismo que la mía o la de cualquiera, por mucho que sepan freír un huevo mejor que nadie, pero que no tomen a la gente por idiotas. Votarían al PP para defender sus intereses, única y exclusivamente. Lo que pasa es que son unos cobardes que quieren ir de progres por la vida, justificando su miseria moral.

“Si toda la gente en cocina estuviera en plantilla, no sería viable” decía textualmente el susodicho, para justificar su condición de “amito Jordi”. No hay más que añadir.



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