Historias de la Nueva Era: Si, yo me he vacunado para que me quiten la libertad y enriquecer a los laboratorios
No he
probado la cocaína, heroína, éxtasis, ni otras sustancias similares en mi vida.
La única
raya que me he "pasado" en algún momento, es la línea continua de una
carretera.
Los
porros que me he fumado en 65 años se pueden contar con los dedos de una mano.
No soy
abstemio, pero básicamente, el alcohol no me gusta y confieso ser adicto a la
coca cola.
Tengo
los achaques propios de mi edad, entre los que no se incluye una malformación o
descontrol de la mandíbula, achacable a sorprendentes efectos secundarios de la
“emotividad”.
Y si, utilizo las redes sociales (por eso me estás leyendo, si te interesa lo que digo y te lo agradezco), y además consumo medicamentos, por lo que contribuyo a las fortunas de esos multimillonarios (Gates, Zuckerberg...).
Acostumbro
a salir a la calle vestido, por lo que ayudo a la fortuna de gente como Amancio
Ortega y soy consciente que, utilizando ropa de los comercios de ese señor, e
incluso del mercadillo, soy "cómplice necesario" para mantener el
esclavismo y abuso infantil del tercer mundo.
Me gusta
el futbol y resto de deportes, por lo que también soy consciente que contribuyo
a mantener unos personajes engreídos, mimados y multimillonarios, que creen
estar por encima de los demás y el bien y el mal, por patear un balón o meter
la pelotita en una canasta sujeta a un palo.
Consumo
alimentos (seguramente por encima de mis necesidades), que mayoritariamente
compro en Mercadona, por lo que ayudo a llenar la bolsa de la “familia” Roig y de
otros especuladores alimentarios como carrefures y demás.
Compro
asiduamente por internet, por lo que aporto a las fortunas escondidas tras
grandes empresas, con políticas de explotación de sus trabajadores.
Evidentemente,
mi currículo no da para protagonismos en programas en prime-time, ni por mis
costumbres, estilo de vida, o por mis actos como “asesino de las Azores”, pero
entiendo la utilidad de dar voz (luz y taquígrafos), a esas figuras, como
Miguelito Bosé, para que nos iluminen con “la verdad”. No por su verdad, sino
la verdad absoluta, tras descubrir de donde le viene esa ciencia infusa, según
la cual, el meterse unos gramos de coca al día, y mezclarlos con el resto de
sustancias, les hace crecer en creatividad, y que puedan dar ese mensaje
definitivo, que no debe caer en saco roto, “niños y niñas, podéis meteros de
todo y chutaros a gusto, que el día que queráis, solo basta que, subiendo (o
bajando) una escalera, os digáis, “mañana lo dejo”, y ya está. Desde ese día se
acabó, sin monos ni más mentiras”.
Pero, sobre todo, el mensaje es “”no os vacunéis, porque esto es una mentira creada en
el “foro de Davos”, para quitaros la libertad y enriquecer a los laboratorios.
A saber que mierda os están metiendo en el cuerpo. No como las cosas que yo me
metía, que servían para acrecentar mi inteligencia””.
Por mi
parte solo puedo confesar, que deseo que nadie me haga caso cuando propago mi
vacunación, porque yo solo soy un pedazo de carne al servicio de los verdaderos
poderes que dominan la tierra, y obviamente, un desinformado que no sabe beber de
las fuentes de la sabiduría, por lo que no cabe duda que hay que seguir los
consejos de ese profeta (y sus seguidores), aunque te lo digan con voz de
ultratumba y la mandíbula bailando el “Bandido”, de un hombro a otro.
Por cierto, lamentablemente para mí, entre mis defectos también está el de ser ateo, y claro, no me llegan los mensajes de dios, que envía a través de uno de sus portavoces en la tierra. Esos señores con faldones de señoras, bordados de oro, que nos iluminan desde sus tronos.
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