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jueves, 24 de noviembre de 2016

EL TERCER ELEMENTO



¿De cuantas partes está compuesto el ser humano?
A los "hijos del nacional catolicismo" se nos enseñó que el hombre (como especie), estaba formado por cuerpo y espíritu, a este se le llamaba alma y es lo que nos unía a dios. Es decir, que estaba formado por una parte física (tangible) y otra no tangible, cuestión que yo siempre he asumido separada de cualquier vínculo religioso. Para rematarlo, la religión nos dogmatizaba en que el alma solo era propia del ser humano y que el resto de los animales carecían de ella porque no eran hijos de un dios que, al parecer, los había puesto como adorno y entretenimiento para que los utilizásemos, torturásemos, mimásemos o hiciésemos lo que nos viniese en gana con ellos.
He decidido que por hoy ya no voy a entrar al trapo y no voy a comentar más, y no lo voy a hacer porque tengo que reflexionar sobre mi concepción de la vida. Aclarar mis ideas porque he recibido un bombardeo de lecciones de ética, de moral, de vida, de lo que es el bien y el mal... que ha hecho temblar mis principios y creo que los de la humanidad en general.
Hasta ayer sostenía mi convencimiento de que estábamos formados por esos dos elementos, pero desde ayer sabemos que el ser humano consta de cuerpo físico, espíritu y "persona", es decir, está formado por tres elementos.
He visto, leído y oído decenas de científicos (periodistas, políticos, funcionarios...), aleccionarnos en la nueva filosofía y repetir una y mil veces que "había que separar a la persona de la Rita Barberá y sus actos". Pedir respeto por "la persona", llamar indecentes a quienes se negaron a homenajear a "la persona", transformar un infarto en crimen y llamar asesinos a quienes sacaban en la red las barbaridades de "la persona", también a los periodistas que habían denunciado las irregularidades de "la persona". Y por eso, por la "persona", se la ha homenajeado con minutos de silencio incluso en lugares donde ni siquiera fue miembro, como en el Congreso y por eso, los reyes de todos los españoles han homenajeado y rendido tributo a "la persona". Por descontado, pese a referirse a "la persona", el rey, igual que la mayoría de sus ex coleguitas, se han referido a sus logros como alcaldesa, olvidando eso si, todas aquellas cuestiones que por lo visto no pertenecían a "la persona", pitufeos, malversación, financiación irregular, derroche...
Sin pretender comparar la gravedad de sus actos, es como si a partir de ayer valorásemos en Hitler, Franco o Pinochet (por ejemplo), sus tres condiciones y se alabase su "persona" separándola de sus actos. No hablemos de genocidios, crímenes.... Quienes propagan fotografías de cadáveres escuálidos en campos de concentración, asesinatos y mutilaciones múltiples en campos de fútbol, fusilamientos o bombardeos indiscriminados de civiles, etc. son unos indeseables, culpables de la posible depresión y ansiedad que les pudieran producir. "Respetemos a la persona" nos dirían estos nuevos científicos creadores de opinión.
Lo dicho, no voy a comentar más.

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